Fragmentos y poemas tomados de: Sobrevivir en una de tus playas

Ahogados

ahogados en el lujo de un sueño sin espejos
deslizas el oleaje de tu aliento
y huyes después de inundarte con la lluvia
y estar mil veces asediada de deseo.

tus labios se abren dócilmente,
tus piernas, como si fueran lagos
que sólo es posible descubrir
en los jardines de algún mito,
se dividen con pausada belleza
entre la verdad y la experiencia.

 

Beber la luz

ciego de sueño te persigo:
no había entendido antes
una simplísima pregunta:
“¿cómo beber la luz?”,
hasta que la piel de tu mirada
se ha abierto hacia mis labios.

 

Sirena

hoy se ha caído el mar
en las palmas de tus manos;
has perdido las piernas
y ganado rapidez en la mirada.

observas el mundo desde los arrecifes,
corales sobre los que despliegas sombras
lámparas vivas,
peces sin escondite:
cada pequeño pensamiento,
cada caricia sobre tu piel de sales,
es un mundo que desnuda tu alma
para que permanezca protegida.

inventas que este mar es de nosotros,
que no soy un tritón despreocupado,
que eres una nereida milenaria.
es el mar del deseo
y no queda mucho más:
una experiencia estética en tu cuerpo.

 

Cuando cierras los párpados

tu cuerpo se humedece
como el trópico durante la tempestad.
hay demasiadas verdades en tus ojos de lluvia.
–en vértigo de abismo
tu pelo se desmadeja–, pienso cuando caes,
escurres, bebes, te desvaneces en mis manos.

brechas de luz hacia el suspiro de tus senos;
una palabra más y esto dejaría de ser perfecto:
–sólo quiero que te parezcas
a las cosas que amo–, dices
cuando cierras los párpados
y el silencio hace una pausa en tu respiración.

 

Es hermosa tu espalda

mientras te marchas
descubro que la muerte
carece de ideas propias.
es siempre un clon de sí misma;
se disfraza y parece novedosa,
pero un adiós se sentirá siempre
igual a la siguiente despedida.

atraviesas las galerías de la memoria,
pero todas las imágenes se esconden,
ensordecen,
o simplemente están ciegas.

es hermosa tu espalda cuando escapas.
un cuerpo perfecto que busca su destino,
la cabeza que falta, la claridad del día,
las nuevas constelaciones de la noche.
y quisiera que dieras vuelta y me dijeras:
–es tiempo de que sea tiempo.