Recientemente se exhibieron dos películas latinoamericanas que me parecieron preciosas, Pacha (2012) y 7 días en la Habana Más que paisaje y maracas, son tremendos retratos de dos sociedades distintas, Bolivia y Cuba, en momentos históricos bien importantes. Sin maniqueísmos ni un paroxismo patriotero, cuentan buenas historias y vale la pena verlas varias veces. Si las encuentran, no lo duden.

Pacha (2012)

Calificación: MMMMM (4 migalas)

 

El director mexicano, Héctor Ferreira Dávila, hace todo un viaje onírico y plasma la “guerra del gas” por ahí de 2003 en Bolivia. El filme tiene por un lado al individuo, un pequeño niño lustrabotas que pierde su cajita de madera, y por otro lado, a un país y una sociedad convulsionada entre el neoliberalismo, el sendero luminoso y el intento de socialdemocreacia.

Cuando el niño Tito (un niño siempre con el rostro tapado, símbolo de todos los pibitos bolivianos) pierde su cajita para bolear, inicia una serie de sueños que lo llevan por los más hermosos paisajes de Bolivia, al corazón de violentas manifestaciones contra el gobierno y a un encuentro cercano con la tierra y la ideología aborigen boliviana.

La tesis es bien interesante: el estrecho vínculo entre el cambio social y el cambio individual. La lucha de la persona se vuelve la lucha de su gente. Tito deambula buscando su cajita como los manifestantes gritan para exigir justicia. Enmedio, escenas impactantes de los lagos, salares, mesetas y llanuras bolivianas, para rematar con una frase inolvidable en un muro: “creemos que somos país/ cuando apenas somos paisaje”

El desarrollo de la historia genera una profunda empatía con Tito y critica duramente la represión del gobierno contra los manifestantes: la crueldad e injusticia con que sucedió todo. Es una película profundamente política que recuerda los movimientos sociales de cada país latinoamericano.

Los paisajes son increíbles; las tomas de las manifestaciones, mezcladas con videos de archivo, tienen muchísima velocidad; los personajes están bien definidos. Salvo por algunos errores de edición,  algunos arranques líricos repetitivos y una referencialidad muy estricta que no permite que la cinta sea para cualquier público, Pacha es casi perfecta.

Se estrenó en el Berlinale 2012, yo la ví en el Cine Tonalá. Espero que la pongan en otros lugares.