Leí poco y muy recientemente a Rubén Bonifaz Nuño pero el impacto que me dejó fue inmediato. No lo conozco, ni a su obra, tan bien como me gustaría; de él he leído apenas un par de poemarios y unos cuantos poemas que me encuentro en la red. Sé que un buen amigo es su más grande fan con vida, y que podría escribir un libro gordo con puras anécdotas divertidas de Bonifáz. También sé que entre algunos estudiantes de Filosofía y Letras está de moda hablar mal de sus traducciones, aún entre quienes no las han leído (ustedes saben quiénes son).

Hoy es un día difícil. Bonifaz nos deja en el oscuro vértice de una catástrofe que todos anticipamos y nadie pudo parar.
Hoy hubo seis marchas en el país y una explosión en la ciudad. No diré más, es una canallada egoísta hablar aquí de mis preocupaciones personales, pero creo que es en estos tiempos aciagos en los que más fuertemente nos asimos al ancla imprecisa de los recuerdos, de la nostalgia, lo que siempre estuvo ahí y nos inspira la breve esperanza de que no todo tiene que cambiar para mal.
Sin embargo, cambiará. “…cuánta furia melancólica hay en algunos días. Qué cansancio.”

Captura de pantalla 2013-01-31 a la(s) 21.21.34

En el siguiente enlace encontrarán Fuego de pobres, lo primero que leí de Bonifaz:

http://es.scribd.com/doc/30795459/Fuego-de-pobres-Ruben-Bonifaz-Nuno