Por Eden S. Riojas

El Rey Namor McKenzie es el personaje de Marvel que me daba miedo. No sólo por su apariencia, sino porque tenía una postura política muy firme, y eso era bastante confuso para mi mente adolescente. Este Homo mermanus no tiene intenciones de dominación mundial, o de superioridad racial como los villanos más típicos, pero El Sub-Mariner se muestra escéptico de las intenciones de los Avengers, y del insufrible Capitán América, además de que tiene una conciencia muy clara de que los habitantes de la tierra abusan de los recursos marinos, por lo tanto, usualmente toma decisiones independientes con la sola idea de proteger a su reino, la Atlántida.


Cuando se estrenó Black Panther (2018) nos sorprendió, porque muestra un lugar ficticio, Wakanda, un reino que no fue colonizado, lo cual le permitió conservar su lengua, desarrollar una forma de tecnología propia, y dar continuidad a su sistema político—una monarquía socialdemocrata (¿?) . Además de que es inolvidable la escena en que se cuestiona la forma en que los museos europeos han obtenido las piezas que exhiben. Fue muy divertido ver a tantas personas identificarse con una cultura que no fue colonizada, y adoptar el saludo de Wakanda durante los primeros meses de la pandemia de Covid-19. De repente, había un cuento adicional al de un África hambrienta y abnegada. Sin duda Black Panther ha estado ligado a la reivindicación de las culturas desde su origen en 1966, aunque nunca fuera la intención original de Kirby y Lee que el rey de Wakanda celebrara lo africano, y un día peleara contra el Ku Klux Klan.


El pasado 23 de julio en el marco de la Comic Con en San Diego, se anunció Wakanda Forever (2022), una segunda entrega de Black Panther con la que se pretende expandir la franquicia de Marvel. Se hizo el anuncio de la primera aparición de Namor, the Sub-Mariner, en la pantalla grande, interpretado por el actor mexicano Tenoch Huerta, quien usó su turno en el micrófono para, en vez de contestar la pregunta superficial que le hicieron, agradecer a la inclusión. Señaló dos cosas, que gracias a ella él puede ocupar un lugar en una millonaria producción, y que los niños, desde sus barrios, al ver un elenco diverso pueden soñar con ocupar un lugar en los escenarios internacionales.


Tenoch Huerta, conocido por su papel como Caro Quintero en la serie de Netflix Narcos, pero en particular por haber tomado el micrófono en el tema de la discriminación, es un miembro activo de la organización Poder Prieto, la cual tiene como objetivo principal “erradicar el racismo sistémico y promover la empatía, el gozo y la representación digna”. Este interés ha motivado a Tenoch a expresarse en diferentes momentos, además de participar en actividades como impartir talleres de actuación a niños en Semilleros Creativos de Ecatepec, con quienes también se ha tomado el tiempo de hablar de racismo y discriminación. Al mismo tiempo, el protagonista de Fuego Negro* (2020) ha recibido múltiples críticas ya que se le considera superficial en sus acciones y declaraciones. Sin embargo, el lugar que ha tomado, desde dónde habla de la importancia de la inclusión y la representación es de una relevancia innegable, porque la diversidad en las historias nos incita a imaginar otras posibilidades.


La escritora nigeriana Chimanda Ngozi Adichie, en su conferencia titulada “El Peligro de la Historia Única” dice que las historias han sido utilizadas para desposeer y subyugar, pero también pueden ser utilizadas para empoderar y humanizar. Sin duda los inversionistas de Disney no tienen intenciones nobles al darle espacio a Namor, más bien piensan en que todos aquellos que iremos a ver Wakanda Forever somos personas deseosas de ver a alguien similar a nosotros, felices de gastar nuestro dinero en productos que nos representen en una luz más favorable, distinta a los lugares comunes que hemos ocupado en la ficción producida por los grandes capitales. Es muy superficial querer que haya un superhéroe mexicano, porque eso no soluciona problemas de racismo sistémicos de fondo, tan irrelevante como pedirle a Chedrahui que quite a la familia heteronormada de sus logotipo, y seguramente esta historia perpetúa la idea de la mesoamérica mágica—lugar ignoto y verdadera Atlántida**—. Además de que la aparición de Huerta en una película tan grande puede dar pie a una falsa percepción en términos de equidad. Pero tal vez, y sólo tal vez, ocurra algo más: Tal vez algunos niños piensen, contrario a lo que los medios les han tratado de enseñar, que no hay nada malo con su color de piel, que son tan heroicos como Steve Rogers, sus historias son tan interesantes como las de Thor, y que no hay nada malo en ser quienes somos.

*neta no vean esta película, se les van a caer los ojos.
**Este era una idea muy popular en la década de los años 70 entre la gente que le gustaban los OVNIs.