o el porqué de que no estoy a favor de que te quieran encarcelar por compartir una canción que te gustó.
por: Matinee as Hell
A medida que el formato digital cifrado en audio comprimido (MP3) fue ganando popularidad a principios del siglo XXI, y entendiendo que los medios establecidos de difusión musical que aparecieron o se unieron a la oleada del píxel no reformaron su posición hacia la posibilidad de darle una oportunidad a los artistas emergentes o nuevos actos, empezaron a surgir poco a poco sitios a manera de colectivos (blogs, grupos, salas de chat, foros) donde lo primordial era intercambiar datos e información de músicos que ellos creían merecían ser recomendados, dando como resultado un esparcimiento de ficheros de sonido cuales uno podía adquirir en descarga digital de dos horas de tardanza con conexión de 56kbps, sin costo alguno (¡una maravilla!). Rememorando: lleno de aquel famoso y tedioso género electrónico de atmósfera pesada y repetitiva —que todos escuchamos e incluso llegamos a apreciar— con mucho MDMA de por medio, toques anárquicos e insinuaciones renuentes a lo usual en esas épocas tan recién entradas en el paradójico pop tradicional y de vasta añoranza debido a los vestigios de sonidos rocanroleros / dance / bigband 80’s 90’s y más, tan irónicamente bien recordados hasta la fecha. Algo que deberíamos agradecerle a sitios con foros públicos, al chat de Ares, que permitía crear grupos de opinión, o a plataformas como blogspot y wordpress, donde cualquier tipo sin conocimiento en diseño o programación podía crear su propio portal. Agradecerle a Internet.
Las mismas bandas entendieron que se podía realizar una grabación casera, optando por el camino digital, sin necesidad de gastar tanto dinero y sin lo pesado de distribuirla cara a cara en eventos esporádicos de amigos.
Poco a poco la gente encontraba discos gratuitos de agrupaciones en el anonimato, regados en streams nada estéticos o archivos comprimidos sólo para descargar, y fue ahí cuando alguien se percató que había de dónde agarrar para proponer un página con el fin de darle un espacio a todo tipo de propuestas musicales, no importando tanto si estas fueran buenas o asquerosas, sino porque simplemente se podía y ya. Eso era más de lo que nunca se tuvo de manera tan sencilla.
Nos cuenta Fakuta, cantautora, fundadora y editora del netlabel chileno Michita Rex:
“Creo que son sitios donde existe un gusto común por música que aporte en novedad, originalidad y/o calidad creativa. Es decir, se renueva la idea de la música alternativa. Siento que es de enorme importancia la existencia de estos sitios y que nace simultáneamente con la aparición explosiva de muchas bandas o compositores jóvenes que comienzan a producir mucha música, por ejemplo, en latinoamérica, que no tiene nada que ver con una industria. Personas que están haciendo todo desde sus casas conectándose a través de internet con otras personas en el mundo. Y dentro de este circuito estos blogs toman la información, la clasifican, la exponen y ayudan así a difundir la buena música, donde todo se hace en base a un eje de buena voluntad.”
Aún habiendo varios sitios de estos, no se dan alcance para todos los proyectos que nacen a diario en cada rincón del mundo, por lo que personas comunes o los mismos músicos se ven en la necesidad de crear una familia para dar a conocer tanto su nombre como el de colegas y allegados: Eduardo Luis, mejor conocido como FLYBVCK, contraparte del blog venezolano NTSFRSH, nos cuenta que el propósito de su website era, principalmente, dar a conocer los gustos musicales tanto de Daniel como el suyo. Consideraban que eran bastante extraños (en cuanto a gustos musicales) y que quizás a alguien le interesaría lo que pudieran publicar en línea. “Luego de conocer a fondo la Internet nos dimos cuenta que no éramos tan extraños como creíamos pero sí que formábamos parte de algo que no todos manejaban. NTSFRSH empezó como eso, un blog; pero luego de conocer tanta gente (gracias a la misma página) sentimos que podíamos hacer algo con esa gente y de allí empezamos a lanzar los mixtapes de productores latinos o de todo el mundo.”
Todos estos medios de difusión, en consecuencia a su ideología moderna, no sólo logran poner cierta equidad a la posibilidad de triunfar en la industria musical sin hacer tonos —tan— comerciales, sino que devuelven algo de dignidad a los escuchas al poder tener una voz mayor a la que disqueras multimillonarias o estaciones nacionales de radio les habían permitido. Ahora suena estúpido el no poder escuchar algo antes de comprarlo, pero hasta hace unos ayeres corrías con suerte si por radio sonaban más de dos sencillos del mismo álbum. Si a eso le sumamos que ahora puedes dejar tu opinión (ya sea en comentarios o alguna especie de chat) sobre lo que acabas de obtener, ya se puede hablar de una verdadera crítica por parte de un sector popular de la población, que aun siendo amateur, es más honesta que las reseñas vendidas del periódico.
Tampoco diré que cada uno de los diarios virtuales es hecho por caridad o buena fe, porque es cierto que muchos se aprovechan e intentan vender o lograr ganancia a espalda de artistas ya consolidados. En ese punto de vista, soy de los que piensan que algo se debería hacer, como pactar un convenio que no irrumpa la delicada tela de la red, mas no las cosas extremistas como el monitoreo constante que el gobierno plantea en sus respectivos países, dejando en claro que les importa muy poco la libertad (que no es tanta como creemos) que hemos conseguido con el paso de las décadas.
Lo cierto es que sí hay pérdidas para la industria, pero a diferencia de lo que ellos predican, también hay otras maneras de entrar en armonía con las nuevas generaciones, sin excluir el poder vivir de tan conveniente vocación. El disgusto es que no ganarían lo mismo.
El ejemplo en que hay más de un camino para ganarse la vida componiendo canciones lo ponen las mismas bandas emergentes, quienes se dieron cuenta que no era necesario vender su trabajo a un alto precio para sacar ganancias. Para nada. Vieron que, entrando al circuito mismo, regalando sus obras o dejándolas a posible donación, también se puede sobrevivir sin necesidad de sufrir de “piratería”. Esto implica mucho más esfuerzo, un poco de suerte, tener ideas cada vez más originales, pero a final de cuentas, todo valiendo la pena debido a la retribución que no sólo llega monetariamente, nos cuenta Pamela Sepúlveda…
“Cuando empecé mi proyecto como Fakuta, estaba aún tocando con Dadalú y El Banco Mundial. En ese tiempo Myspace era el lugar para estar y así pude conectarme fácilmente. Como para entonces no tenía tanta ambición, en realidad pasó que mucha gente me encontró. Rápidamente me empezaron a invitar a entrevistas por medio de blogs mucho antes de que pudiera tener listo mi disco. De hecho esas cosas me dieron ánimo como para concretar uno. Y estuvo bueno, porque las personas estaban esperando mucho el disco, y una vez que lo saqué, afortunadamente se difundió de manera amplia la información por las redes sociales. Fue como una avalancha, y llegó a personas que jamás pensé que lo podrían escuchar. Creo que todo se me ha dado bien natural y he tenido suerte de que en esos ayeres estaba generando mucho trabajo creativo, entonces muchas personas de por sí ya estaban atentas a lo que pudiera salir de mí o de mi grupo de amigos que con el tiempo sería Michita Rex. Claro, siempre hay gente que no cacha la onda y por ahí algunos periodistas de medios más tradicionales me cerraron un poco las puertas de entrada a medios más masivos, sobretodo cuando aún no salía mi primer álbum y la gente estaba hablando mucho de mí. Miraban con desconfianza, como si fuese sólo un hype, y la verdad creo que pasó eso, que fue un poco como hype.”
A como yo lo veo (y miles de personas más), sería más sencillo que empresarios y rockstars de segunda se adecuaran a las nuevas tecnologías, con las respectivas ideologías que conllevan, para aprovecharlas también y no verse apartados de una comunidad que hora con hora los detesta más. Arrogantemente, y dándoles el beneficio de la duda sobre si son estúpidos o no, se han visto más cercanos a practicar la idea en el que se pueda demandar a un usuario por cantidades estratosféricas si éste comparte material registrado. Lo cierto es que habrá que aclarar algo: Juanito no se levantó una mañana y prendió la computadora mientras se decía “hoy voy a cambiar el formato con el que la industria musical es llevado a diario desde el inicio de los tiempos”. Fue un proceso evolutivo: se dio abasto en un mundo sin reglas y se fue dando a beneficio y necesidad de los usuarios y la época, lo cual muestra que, si bien no es la respuesta definitiva al mercado, sí es una representación fiel y funcional de cómo se deberían llevar las cosas actualmente. Antes de hablar en contra de la descarga gratuita, habrá que pensar muy bien si aventarse al cien en contra de todo lo que representa la libre expresión y la libre difusión de información sin fines de lucro por internet es un camino viable, porque al final puede que nos esté dando mejoras (tremendas) a comparación de lo que se rumora perjudica una de las más amadas corrientes artísticas.