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Los preparativos han comenzado desde el amanecer. Velázquez ha echado una manita de gato a su estudio con mucho ímpetu. Las ventanas están relucientes para que el sol de mediodía penetre la arena de sílice quemada, como lo ha premeditado. Ha pasado papel de manera circular sobre el vidrio para secarlo. A los mayordomos del Real Alcázar les ha ordenado que le sujeten una escalera para poder subir a incrustar dos clavos y así colgar en ellos un par de cuadros que su yerno, Juan Bautista del Mazo, ha plagiado: Minerva y Aracne, de Rubens y Apolo vencedor de Pan, de Jacob Jordaens. Pero los ha montado no sólo para acompañar las obras de sus talleristas sino para mostrar la superioridad del arte sobre la artesanía, como indica la mitología en ambas historias. Y con mucho esfuerzo ha unido tres tiras de lienzo de casi 4 metros de altura cada una, colocándolas en contra esquina de la puerta de la habitación. También deja en el suelo la jarra de arcilla, para que a la llegada de los invitados a la escena. Ya todo esté en su lugar.

Minerva y Aracne, Peter Paul Rubens

Minerva y Aracne, Peter Paul Rubens

Con un anticipado edicto, las personas llegan con sus mejores galas. El séquito elegido está conformado por siete personas. Sin embargo, a uno de ellos se les ha pospuesto la llegada para que sólo entre a hacer la tarea indicada, éste es el Rey. Entonces llegan los primeros citados: la princesa Margarita, sus dos meninas, la encargada de las meninas y el guarda damas. Y también la enana macrocéfala de origen alemán. Velázquez comienza a darles las indicaciones puntualmente:

Las meninas, detalle, princesa Margarita

Las meninas, detalle, princesa Margarita

–¡A ver, tú, María Agustina! Debes tomar esa jarrita roja que está en el piso e híncate a lado derecho de Margarita y ofrécele el agua. ¡No te vayas a mover!

–¿Y si me canso?

–¡Ya te dije, si no vas a salir movida!

–Isabel, sólo colócate del otro lado de Margarita, no hagas nada, sólo a su lado, ¿sí?

–Sí.

–¡Ustedes dos!

–¿Nosotros?

–Sí, Marcela, tú y don Diego, manténganse atrás de todos, platiquen si quieren, pero pongan atención para que se no salgan papando moscas.

–Gracias por venir, Maribárbola, es muy gentil de tu parte, por supuesto que el favor se te pagará, ¿cuántas libras de helado son?

–Cuatro, Velázquez, muchas gracias. Una disculpa por traer a Nicolasito, pero ya había acabado de entretener con su número junto al pulgoso León y pues también se lo trajo.

–Bueno, no importa, su lugar es en enfrente de todos para que no los vayan a tapar.

–Ahora sí José, lánzate por el Rey.

–Margarita, posa así como si no te dieras cuenta.

Se escuchan pasos descendiendo las escaleras y entra su Majestad, entre las manos del Rey Felipe IV destaca un IPhone X color gris espacial. José Nieto les indica su lugar y sale con calmas de la sala, despidiéndose uno por uno, mientras que el Rey se alista para tomar la fotografía. Velázquez se pone detrás del lienzote.

–Mi Rey, ya puede tomar la foto, póngalo vertical para que salgamos de cuerpo completo.

–A ver: uno, dos, tres ¿Ya? ¿Ay, sí la tomé? ¿Dónde le pico Velázquez?

–En el circulito de abajo.

–¡Ya, ya salió!

–A ver.

–¿Sí lo hice bien?

–Sí, sí.

–Al menos, me retiro.

Velázquez, sin poder ver la fotografía a detalle en ese momento, se dirige a agradecer a los invitados y los despide. Les avisa que la fotografía será publicada en los próximos días y que corran la voz para tener muchos likes. Al revisar la instantánea se da cuenta de que María Sarmiento se movió, Marcela y don Diego salen platicando, Isabel Velasco está haciendo reverencia al Rey, Nicolasito estaba molestando a León, José Nieto todavía no se iba y había dejado la puerta abierta, que en el reflejo de su espejo estaba el Rey y para acabarla de amolar, cinco de los ocho retratados salen mirando hacia la cámara.

El IPhone X cuenta con una cámara doble de doce megapíxeles cada una, tiene zoom óptico de 2x, zoom digital 10x y modo retrato. A pesar de que una fotografía instantánea puede ser la respuesta al enigma de cómo pudo haberse retratado a todo el grupo, incluyéndose a él mismo, en ese momento la cámara fotográfica no existía, pero sí la cámara oscura.

Uso actual de la tecnología óptica

Uso actual de la tecnología óptica, Animojis del Iphone X

La cámara oscura es un instrumento óptico capaz de dibujar con la luz, claroscuros y matices de color. Es una caja cerrada con un diminuto agujero en una de sus caras por donde la luz intensa pasa; así, si la pones delante de un objeto, su imagen se refleja en la cara opuesta de la caja, del revés. Entonces, cuando la cámara oscura refleja la escena, el pintor tiene oportunidad de calcar la imagen y posteriormente pintar la obra. Con el tiempo se le añadieron lentes y espejos para que la imagen estuviera del revés, después apareció la cámara oscura portátil.

Su descubrimiento se remonta a la antigua Grecia, los árabes la estudiaron y Leonardo Da Vinci la utilizó en el Renacimiento. Desde entonces, revolucionó el mundo del arte, ya que muchos pintores la usaban para crear sus obras, por ejemplo, Caravaggio, pues el artista renacentista utilizaba instrumentos ópticos revolucionarios para fotografiar a sus modelos. Esto ocurrió a finales del siglo XVI, es decir, más de 200 años antes de que se inventara la cámara fotográfica.

Cámara oscura

Usos antiguos de la tecnología óptica: Cámara oscura
+Cómo hacer una cámara oscura con una caja de zapatos Idaly

En 1961 técnicos del Museo Nacional de Estocolmo se dieron a la tarea de hacer radiografías a la obra pictórica de Velázquez, mostrando la cronología de la realización de todos los cuadros. Exponiendo, en particular el caso de Las Meninas, que su elaboración fue en distintos momentos, con muchos ajustes y que incluso algunos de los personajes que se pintaron en realidad no se encontraban originalmente y otro que se omitió.

El cuadro fue intervenido, tres años después de la muerte del pintor, añadiéndole a Velázquez la cruz de su vestimenta concediendo el título de caballero de la Orden de Santiago. También mostraron que la Reina Mariana de Austria fue introducida después a lado del Rey en el espejo y que en el lugar donde se encuentra Velázquez originalmente había un joven vestido de distinta manera. Dentro del cuadro se encontraron pentimenti, término italiano que se traduce como arrepentimiento, que hace referencia a los cambios en la pintura una vez ya hechos, estos se encuentran en la mano de la infanta Margarita y en la pierna del enano Nicolasito Petrusco, los cuales en la Princesa la mano derecha estaba rechazando el búcaro de agua y la pierna del enano estaba puesta en el suelo y no sobre el perro llamado León.

Así pues, estas radiografías revelaron no sólo la genialidad de la pintura, sino que Diego Rodríguez de Silva y Velázquez fue un artista con pretensiones protoimpresionista, dibujando la luz para la posteridad y tomando una instantánea antes de que se inventara la fotografía.

Las meninas, Velázquez

Las meninas, Velázquez