El 10 de abril emitimos el podcast sobre las drogas: https://youtu.be/A1dM7UUO6ys aunque terminó llamándose “Estados alterados de consciencia” por una maroma monetizadora de sus servidores (yo, el Santo y el Hobbit), con la que no estoy del todo de acuerdo. “Estados alterados de conciencia” incluye la palabra “alteridad” que significa “otredad”. Como si hubiera otra consciencia aparte de la q todo el día nos está diciendo “¡ve por tacos!”. Más bien, pienso q hay una sola consciencia, capaz de ampliarse o :'( reducirse, y un catalizador para ampliar o :'( reducir la consciencia son las drogas.
Así bien, el Poscast Migala (donen (sus órganos al morir)) es una única entidad junto con Migala y junto con todo un montón de productos-culturales-limo-del-río-de-nuestro-tiempo. Y parte de ese limo también es el ahora nuevo postpodcast.
¿Qué aprendimos en el podcast de las drogas? ¿Somos los mismos q al iniciar su escucha y transmisión? ¿Ya se drogaron los q lo oyeron? ¿Qué se quedó pendiente por decir (aunque fueron 4 pinches horas)?
Se dice que Octavio Paz, al dar conferencias y tener q responder las ponenciapreguntas del público, decía: “Tengo 3 ideas sobre lo que plantea…” y aunque no tenía ni una solita idea, la simple creación de la lista era la enzima necesaria. Yo tengo al menos 3 ideas para este texto:
1.Si compras drogas, contribuyes a la industria del narco. Una línea de coca que te metas le paga una bala (al menos) a unos sicarios, y si insistes en ello, gracias a tu apoyo ya le cortaron el dedo a alguien o violaron a otro.
De todo corazón, ¡gracias, animales! Las drogas existen per se; esto no las desvincula del Mercado, tampoco las sataniza. Drogarse, consumir drogas, comprarlas, representan matices separados entre sí por algunos tonos de sangre.
2. Los drogos arruinaron las drogas. El uso acrítico de sustancias empleadas para desautomatizar la consciencia termina por automatizarlas. O para ser más claro muy a mi pesar: Mi vecino escucha todos los sábados a las 11 am The Trooper de Iron Maiden. Estoy seguro de que ni él ni yo sentimos la misma emoción que cuando oímos esa canción por primera vez. ¿Por qué pasa? Es que esa canción ya perdió su objetivo. ¿Y quien la escucha enmedio de la saturación de bandas de metal, qué sorpresa puede causarle The Trooper?
Una droga, digamos la mariguana, fue utilizada para propiciar la meditación, entender mejor la realidad y actuar en consecuencia. Se volvió más popular que The Trooper y cualquiera puede comprarla y consumirla sin querer meditar ni entender la realidad para actuar en consecuencia. Esto genera 2 problemas al menos: la sustancia se desautomatiza, el sujeto que se droga no siente tan chido y se aburre; y un consumo acrítico constante es una adicción. El sistema lo absorbe todo: lo que nació para matarlo termina por venderse en línea con envío gratis.
3. El sistema capitalista genera adictos. Consumidores que compren aunque no lo necesiten; consumidores que compren periódicamente. El sueño del sistema capitalista se concentra en esas dos premisas. Consumidores que produzcan lo que necesitan; consumidores sin necesidades. La pesadilla del sistema capitalista.
Si el sistema económico actual no se acelera, colapsa. Algunas de las medidas para evitar ese colapso tienen al mundo a punto de reventar: el crédito, la desechabilidad, la obsolescencia programada, la publicidad. Causan pobreza a gran escala, contaminación del ser, su mente y su ecosistema, y adicción.
La publicidad se propone más o menos crear necesidades; las empresas suplen esas necesidades con sus productos; y planean sus productos para generar una recurrencia de consumo, ¡nada nuevo! ¡Qué desgracia!
Para generar necesidades, la publicidad a veces parte de problemas reales y a veces se inventa problemas: como que tu mujer no te va a amar si no le das un anillo de diamantes, o que la sociedad te marginará si te ves feo.
Y más recientemente, la publicidad ha explotado la necesidad de atención de los jóvenes disfrazando de inclusión y ayuda su sed de dinero. Han abusado de la problemática histórica de los homosexuales, por ejemplo, para hacer de la marcha por el orgullo gay una caravana de promoción.
Y aquellos que viven ansiosos por recibir atención y amor de un montón de desconocidos, son la primera presa de la “publicidad inclusiva”. Pienso en los maquillajes de Rihanna para tez oscura. Pienso en maquillaje para hombres y en las mujeres poderosas de las películas de super héroes. Hay inclusión, sí, ¡qué bueno! Pero con qué objetivo.
Queda mucho más por decir, sobre drogas y arte, drogas y la mente, historia de las drogas, la política de la penalización de drogas… todo eso es inherente al uso crítico o acrítico de lo que consumimos. Ahí la iremos viendo en los siguientes podcast, súbanse o piérdanselo.