Mi sueño de ser escritor se murió cuando escuché a alguien decir "Ya ni escribas. ¿No te has dado cuenta? El verso medido ya murió, y ahora también la poesía ha muerto."

Cómo nos encanta andar matando conceptos abstractos.

Aún existen librerías y se venden miles de distintas antologías de poesía. Incluso existen personas que dedican su vida entera a leer y escribir poemas. El argumento de la muerte de la poesía, como la mayoría de nosotros la entendemos, es una extraña mezcla de desinformación, sensacionalismo y simplificación en redes sociales.

Cada día que pasa, la gente lee menos. ¿Y qué?

… ¿o no?

Recientemente el MoMA otorgó por primera vez en su historia un laureado en poesía. El premiado fue Kenneth Goldsmith, que solía ser artista plástico después de haber estudiado en la Escuela de Diseño de Rhode Island. Primero se dedicó a la escultura, pero en los años noventas comenzó a percatarse de que el futuro del arte contemporáneo estaba en un nuevo medio: el Internet.

Así, en 1996 creó Ubuweb: Una antología en Internet de miles y miles de expresiones artísticas en línea. Goldsmith se aseguró de que las muestras abarcaran desde lo más pedestre hasta lo más refinado de la Web.

Les faltó esta.

Su antología no fue pensada en un principio como una obra de arte en sí misma, sin embargo, no solamente acabó siendo justo eso sino que también fue el proyecto que llevo a Goldsmith a una nueva búsqueda de un medio para el arte.

Él mismo asume que su aproximación al arte comenzó siendo la de un artista, después la de un escritor, luego en un poeta, hasta que finalmente acabó refiriéndose a sí mismo como un procesador de palabras. Esto sucedió cuando se percató de que la escritura creativa como disciplina se había convertido en algo inminentemente tedioso. A su parecer, la escritura se ha convertido en una actividad tan poco interesante y tan espontánea como lavar la vajilla después de comer.

En el año 2007 publicó su manifiesto Uncreative Writting (Escritura no Creativa) en apoyó a sus obras publicadas, entre las que figuran Day (2003) donde transcribe la edición del primero de septiembre del 2000 del periódico The New York Times, Soliloquy (2001) en el cual documenta todas las palabras que pronunció en una semana y The Weather (2005) que transcribe los reportes del clima de una semana entera. Ha publicado colecciones de varios volúmenes que contienen el código de programación para la reproducción de imágenes en un ordenador, entre otras cosas.

El artista no cree que la poesía haya muerto, todo lo contrario, piensa que la literatura está más viva que nunca ya que el lenguaje escrito está presentes en todos los aspectos de nuestra vida: cuando enviamos un mensaje de texto, al ver la publicidad de algún producto, en los señalamientos del tráfico y en los periódicos. Es decir, en un tiempo en el que la gente se preocupa por leer más libros, cuentos, poemas, novelas y biografías, es el tiempo en el que la lectura es necesaria para la mayoría de nuestras actividades.

Escribir, por otro lado…

En su manifiesto expresa que la creatividad y la autoría hoy en día están sobrevalorados, ya que en el mundo del arte contemporáneo toda obra se crea para ser imitada. De este modo, señala que la creatividad en la escritura ya no es necesaria porque, con los nuevos medios de comunicación, todo se transmite con mucha rapidez y por lo mismo existe una inmensa producción de textos literarios. "Ser original ya no es tan original como lo era".

“Un niño puede hacer lo que yo hago, pero no se atreve por miedo a que lo llamen estúpido”

Curiosamente, es lo que dice al reverso de la tarjeta de presentación de Gabriel Orozco.

Para él, en la literatura el contexto es el nuevo contenido. Sus obras valen por su proceso, valen por lo que representan porque la habilidad de tomar decisiones es la nueva autoría. Por esta razón, el autor defiende la apropiación y el plagio como una expresión artística, ya que el hecho de tomar una decisión ya implica un proceso creativo, sobretodo hoy en día que la infinita información que está a nuestra disposición ha provocado que la selección de ella cobre gran importancia. A su vez, toda su obra busca una expresión literaria que sea más democrática, quiere que la gente común y corriente sea para quien sea dirigida la poesía. Por eso ha establecido que sus lectores deben de ser lo menos letrados posibles. Su objetivo: convertirse en uno de los poetas más conocidos del mundo sin la necesidad de que la gente lea su trabajo. Basta con que se entienda el concepto, leer sus obras entonces es una actividad tediosa y totalmente obsoleta.

Goldsmith, una de las personas que parece poner todo su esfuerzo en matar a la poesía, es quien realmente la está manteniendo viva. La poesía conceptual como movimiento artístico no busca terminar con el lenguaje escrito como medio para la transmisión de ideas, sino que busca un verdadero dialogo con la realidad histórica actual.

Cuando superemos a la modernidad, tendremos una poesía para nuestro tiempo.