Educabot

Es común que el discurso oficial del Gobierno en turno sea una cantaleta que se escucha durante seis años. Se repite y se autoelogia. Es un discurso evangelizador que descalifica el discernimiento de sus detractores, a quienes califica de ignorantes y rencorosos, es decir que emplea una falacia para descalificar.

Los secretarios de Educación Pública desfilan en el Gabinete para lanzar reformas educativas que son presentadas como la panacea que soliviará el nivel de educación en el país. Cabe decir que la calidad en la educación se mide con una lista de cotejo con la que se mide la calidad de un refresco.Los parámetros no tienen que ver con el conocimiento o el nivel de abstracción que un alumno posee, sino con otro tipo de cuestiones como el uso de las tecnologías en el aula. Las escuelas se empeñan en conseguir los pulgares arriba de esa lista a toda costa, pasando sobre su propia naturaleza de educar.

Estos gobiernos y los pedagogos llevan reformando el sector educativo hace tanto tiempo como para que ya se les exijan resultados. Nadie evalúa el trabajo de los pedagogos, porque ellos mismos se han colocado en, como le dicen, su zona de confort. Se han blindado mafiosamente como los abogados. Repetir es lo suyo, es curioso que hablen de un alumno hipotético que se cuestione y piense, cuando no dan muestra de dominar estas prácticas. Hablan y escriben como si los alumnos fueran cosas.

Piensen en un Peñabot, en un Pejezombi, y nos encontramos con empleados que suben a las redes sociales alabanzas panfleteras de derecha y a ciudadanos con un convencimiento fanático del mesianismo político de una izquierda muy rara como la mexicana. Eso mismo hace un Educabot, repetir hasta la extenuación la monserga de las reformas educativas.Funcionarios repiten; pedagogos repiten; profesores repiten; padres de familia repiten, hasta llegar a los alumnos. A continuación, recojo fragmentos de discursos de los últimos secretarios de la SEP.

Josefina Vázquez Mota, autora del libro Dios mío hazme viuda por favor dijo: “Lo primero y más importante es que en la educación debe haber menos política y más calidad”. Por su, parte Alonso Lujambio dijo que “no hay reforma educativa que dé resultados inmediatos y espectaculares”. José Ángel Córdova reformó los contenidos y los materiales educativos de educación básica y media. El discurso bastante oficial y vacuo, atiborrado de lugares comunes de Emilio Chuayffet: “La reforma es la confirmación del compromiso del gobierno de México con la educación pública, laica, gratuita, incluyente y de calidad”. Aurelio Nuño Mayer, coordinador de la campaña de Meade, fue hasta a Francia a presumir los avances de los programas de la Reforma y Modelo Educativos. Y Otto Granados Roldán va por el mismo camino, las migajas de un pan con lo mismo.

Udeis Espinosa: Profesor de Literatura, librero y escritor
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