Diré solamente un par de cosas: aborrecemos la razón y el orden, porque hemos convertido la poesía en sobremesa y nos hemos atragantado con el delirio soberano de la palabra.

Ése es el motivo de esta antiantología. Queremos mirar cómo los patos disparan escopetas.

Dígales, Parra. ¿Capisco?

1. Hay un día feliz

A recorrer me dediqué esta tarde
las solitarias calles de mi aldea,
acompañado por el buen crepúsculo
que es el único amigo que me queda.
Todo está como entonces, el otoño
y su difusa lámpara de niebla,
sólo que el tiempo lo ha invadido todo,
con su pálido manto de tristeza.
Nunca pensé, creédmelo, un instante
volver a ver esta querida tierra,
pero ahora que he vuelto no comprendo
cómo pude alejarme de su puerta.
Nada ha cambiado, ni sus casas blancas
ni sus viejos portones de madera.

Todo está en su lugar; las golondrinas
en la torre más alta de la iglesia;
el caracol en el jardín, y el musgo
en las húmedas manos de las piedras.
No se puede dudar, éste es el reino
del cielo azul y de las hojas secas,
en donde todo y cada cosa tiene
su singular y plácida leyenda,
y hasta en la propia sombra reconozco
la mirada celeste de mi abuela.
Estos fueron los hechos memorables
que presenció mi juventud primera,
el correo en la esquina de la plaza
y la humedad en las murallas viejas.
¡Buena cosa, Dios mío! nunca sabe
uno apreciar la dicha verdadera,
cuando la imaginamos más lejana
es justamente cuando está más cerca.
Ay de mí, ¡ay de mí!, algo me dice
que la vida no es más que una quimera;
una ilusión, un sueño sin orillas,
una pequeña nube pasajera.
***********
A estas alturas siento que me envuelve
el delicado olor de las violetas
que mi amorosa madre cultivaba
para curar la tos y la tristeza.
Cuánto tiempo ha pasado desde entonces
no podría decirlo con certeza.
Todo está igual, seguramente,
el vino y el ruiseñor encima de la mesa,
mis hermanos menores a esta hora
deben venir de vuelta de la escuela:
¡sólo que el tiempo lo ha borrado todo
como una blanca tempestad de arena!

2. Autorretrato

Considerad, muchachos,
esta lengua roída por el cáncer:
soy profesor en un liceo obscuro
he perdido la voz haciendo clases.
(Después de todo o nada
hago cuarenta horas semanales).
¿Qué os parece mi cara abofeteada?
¡Verdad que inspira lástima mirarme!
Y qué decís de esta nariz podrida
por la cal de la tiza degradante.

En materia de ojos, a tres metros
no reconozco ni a mi propia madre.
¿Qué me sucede? — Nada.
Me los he arruinado haciendo clases:
la mala luz, el sol,
la venenosa luna miserable.
Y todo para qué:
para ganar un pan imperdonable
duro como la cara del burgués
y con sabor y con olor a sangre.
¡Para qué hemos nacido como hombres
si nos dan una muerte de animales!

Por el exceso de trabajo, a veces
veo formas extrañas en el aire,
oigo carreras locas,
risas, conversaciones criminales.
Observad estas manos
y estas mejillas blancas de cadáver,
estos escasos pelos que me quedan,
¡estas negras arrugas infernales!
Sin embargo yo fui tal como ustedes,
joven, lleno de bellos ideales,
soñé fundiendo el cobre
y limando las caras del diamante:
aquí me tienen hoy
detrás de este mesón inconfortable
embrutecido por el sonsonete
de las quinientas horas semanales.

3. Coplas del vino

Nervioso, pero sin duelo
a toda la concurrencia
por la mala voz suplico
perdón y condescendencia.

Con mi cara de ataúd
y mis mariposas viejas
yo también me hago presente
en esta solemne fiesta.

¿Hay algo, pregunto yo
más noble que una botella
de vino bien conversado
entre dos almas gemelas?

El vino tiene un poder
que admira y que desconcierta
transmuta la nieve en fuego
y al fuego lo vuelve piedra.

El vino es todo, es el mar
las botas de veinte leguas
la alfombra mágica, el sol
el loro de siete lenguas.

Algunos toman por sed
otros por olvidar deudas
y yo por ver lagartijas
y sapos en las estrellas.

El hombre que no se bebe
su copa sanguinolenta
no puede ser, creo yo
cristiano de buena cepa.

El vino puede tomarse
en lata, cristal o greda
pero es mejor en copihue
en fucsia o en azucena.

El pobre toma su trago
para compensar las deudas
que no se pueden pagar
con lágrimas ni con huelgas.

Si me dieran a elegir
entre diamantes y perlas
yo elegiría un racimo
de uvas blancas y negras.

El ciego con una copa
ve chispas y ve centellas
y el cojo de nacimiento
se pone a bailar la cueca.

El vino cuando se bebe
con inspiración sincera
sólo puede compararse
al beso de una doncella.

Por todo lo cual levanto
mi copa al sol de la noche
y bebo el vino sagrado
que hermana los corazones.

4. Cartas a una desconocida

Cuando pasen los años, cuando pasen
los años y el aire haya cavado un foso
entre tu alma y la mía; cuando pasen los años
y yo sólo sea un hombre que amó,
un ser que se detuvo un instante frente a tus labios,
un pobre hombre cansado de andar por los jardines,
¿Dónde estarás tú? ¡Dónde
estarás, oh hija de mis besos!

5. Test

Qué es un antipoeta:
un comerciante en urnas y ataúdes?
un sacerdote que no cree en nada?
un general que duda de sí mismo?
un vagabundo que se ríe de todo
hasta de la vejez y de la muerte?
un interlocutor de mal carácter?
un bailarín al borde del abismo?
un narciso que ama a todo el mundo?
un bromista sangriento
deliberadamente miserable?
un poeta que duerme en una silla?
un alquimista de los tiempos modernos?
un revolucionario de bolsillo?
un pequeño burgués?
un charlatán?

un dios?

un inocente?

un aldeano de Santiago de Chile?
Subraye la frase que considere correcta.

Qué es la antipoesía:
un temporal en una taza de té?
una mancha de nieve en una roca?
un azafate lleno de excrementos humanos
como lo cree el padre Salvatierra?
un espejo que dice la verdad?
un bofetón al rostro
del Presidente de la Sociedad de Escritores?
(Dios lo tenga en su santo reino)
una advertencia a los poetas jóvenes?
un ataúd a chorro?
un ataúd a fuerza centrífuga?
un ataúd a gas de parafina?
una capilla ardiente sin difunto?

Marque con una cruz
la definición que considere correcta.

6. La fortuna

La fortuna no ama a quien la ama:
esta pequeña hoja de laurel
ha llegado con años de retraso.
Cuando yo la quería
para hacerme querer
por una dama de labios morados
me fue negada una y otra vez
y me la da ahora que estoy viejo.
Ahora que no me sirve de nada.
Ahora que no me sirve de nada
me la arrojan al rostro
Casi
   como
       una
          palada
              de
                tierra…

7. Hombre al agua

Ya no estoy en mi casa
Ando en Valparaíso.

Hace tiempo que estaba
Escribiendo poemas espantosos

Y preparando clases espantosas.
Terminó la comedia:
Dentro de unos minutos
Parto para Chillán en bicicleta.

No me quedo ni un día más aquí
Sólo estoy esperando
Que se me sequen un poco las plumas.

Si preguntan por mí
Digan que ando en el sur
Y que no vuelvo hasta el próximo mes.

Digan que estoy enfermo de viruela.
Atiendan el teléfono
¿Qué no oyen el ruido del teléfono?
¡Ese ruido maldito del teléfono me vuelve loco!

Si preguntan por mí
Pueden decir que me llevaron preso
Digan que fui a Chillán
A visitar la tumba de mi padre.
Yo no trabajo ni un minuto más
Basta con lo que he hecho
¿Qué no basta con todo lo que he hecho?
¡Hasta cuándo demonios
Quieren que siga haciendo el rídiculo!

Juro no escribir nunca más un verso
Juro no resolver más ecuaciones
Se terminó la cosa para siempre.

¡A Chillán los boletos!
!A recorrer los lugares sagrados!

8. Preguntas a la hora del té

Este señor desvaído parece
una figura de un museo de cera;
mira a través de los visillos rotos:
qué vale más, ¿el oro o la belleza?
¿Vale más el arroyo que se mueve
o la chépica fija a la ribera?
A lo lejos se oye una campana
que abre una herida más, o que la cierra:
¿Es más real el agua de la fuente
o la muchacha que se mira en ella?
No se sabe, la gente se lo pasa
construyendo castillos en la arena.
¿Es superior el vaso transparente
a la mano del hombre que lo crea?
Se respira una atmósfera cansada
de ceniza, de humo, de tristeza:
lo que se vio una vez ya no se vuelve
a ver igual, dicen las hojas secas.
Hora del té, tostadas, margarina,
todo envuelto en una especie de niebla.

10. Me retracto de todo lo dicho

Antes de despedirme
Tengo derecho a un último deseo:
Generoso lector
quema este libro
No representa lo que quise decir
A pesar de que fue escrito con sangre
No representa lo que quise decir.

Mi situación no puede ser más triste
Fui derrotado por mi propia sombra:
Las palabras se vengaron de mí.

Perdóname lector
Amistoso lector
Que no me pueda despedir de ti
Con un abrazo fiel:
Me despido de ti
con una triste sonrisa forzada.

Puede que yo no sea más que eso
pero oye mi última palabra:
Me retracto de todo lo dicho.
Con la mayor amargura del mundo
Me retracto de todo lo que he dicho.

11. Epitafio

De estatura mediana,
Con una voz ni delgada ni gruesa
Hijo mayor de un profesor primario
Y de una modista de trastienda;
Flaco de nacimiento
Aunque devoto de la buena mesa;
De mejillas escuálidas
Y de más bien abundantes orejas;
Con un rostro cuadrado
En que los ojos se abren apenas
Y una nariz de boxeador mulato
Baja a la boca del ídolo azteca
—Todo esto bañado
Por una luz entre irónica y pérfida—
Ni muy listo detonto de remate
Fui lo que fui: una mezcla
De vinagre y aceite de comer
¡Un embutido de ángel y bestia!

12. La muerte supersónica

pasa a toda velocidad
en dirección al Asilo de Ancianos
son concederme la menor importancia
como si yo fuera un adolescente de labios rojos
a sabiendas que soy su prometido
y que ya no hago otra cosa que bostezar

muerte evasiva—muerte displicente
eres la más coqueta de todas

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