Los demócratas gringos no sabían a quién culpar después de haber perdido las elecciones. Nadie se esperaba que este hombre naranja que apareció en todos los memes del 2016 le ganara a la más antipática de los illuminatis. ¿Qué habrá pasado?

La primera teoría es que fueron los nazis. Un montón de gringos blancos racistas estaban escondidos debajo de las piedras, esperando al día de las elecciones para salir en sus tractores a gritar “BUILD THAT WALL, BUILD THAT WALL”.

Nazis y racistas por todos lados. ¿Dónde estaban durante las dos elecciones que ganó el primer presidente negro de Estados Unidos? Quién sabe, pero cuando vieron a Hillary, todos juntos pensaron “no podemos dejar que esta mujer blanca llegue a la presidencia.”

Cletus probablemente votó por Obama.

Luego fueron los rusos. Cuenta la leyenda que existe un video donde Donald Trump viaja a Moscú para arruinar la cama de un hotel muy caro y que aprovechó el viaje para ponerse de acuerdo con el Kremlin y hackear las elecciones.

Dos años más tarde, una exhaustiva investigación del FBI no ha encontrado ni una sola prueba contundente y la tensión entre ambas potencias nucleares pone al resto del mundo a pensar “ojalá estuvieran coludidos.”

El más reciente chivo expiatorio es Cambridge Analytica, una empresa que, palabra más, palabras menos, vende anuncios en Facebook. Si has pagado una pauta en Facebook, ya sabes que toda esta charla de “manipulación neuronal de masas” es como le vendes una campaña muy cara a un montón de políticos que apenas saben cómo poner a cargar su celular.

La tormenta  alcanzó a Mark Zuckerberg, que este 11 de abril se sentó frente a los señores del Congreso de los Estados Unidos para que le hicieran preguntas como “Si yo mando un email por Whatsapp, ¿me va a llegar publicidad de Black Panther?”

Normalmente me gustan más las novelas mexicanas pero, en los dos años que lleva este show, no me he perdido ni un capítulo. Primero pensé que todo era un teatro de los demócratas pero ahora creo que su confusión es real. Honestamente, no me imagino a los millonarios del partido demócrata sentados en los asientos de cuero de sus jets privados, preguntándose “¿Cómo es que esta mujer que va a las reuniones del Grupo Bilderberg no pudo conectar con la clase rural norteamericana?”

Pobres gringos, atrapados entre un partido al que no le importan y otro que no los entiende. Como dijo nuestro propio presidente fabricado por los medios:

No todo Estados Unidos es California y ni siquiera California está lleno de gente contenta con el status quo. La mayoría de los norteamericanos querían un cambio real, ¿y qué ofrecía esta candidata de sesentaytantos?

Querían un cambio desde que votaron por Obama dos veces y todo permaneció igual. Las corporaciones se hicieron más grandes y las libertades más escasas. Los bancos para los que trabajaba Obama antes de ser presidente rompieron el mercado inmobiliario, arruinaron la economía del mundo. ¿Y qué tenía que decir al respecto la candidata demócrata?

Cñora, ya 100TC, nomás está usted haciendo el ridículo. Porque lo que usted y todos los empleados de Wall Street no entienden es que toda sociedad jerárquica tiene ganadores y perdedores, gente a la que le va bien y gente a la que le va mal. Y está bien, la sociedad necesita un incentivo para meterse a un cubículo a mover pixeles. ¿Pero qué pasa si tu sociedad produce más perdedores que ganadores?

1% de la población controla el 50% de la riqueza del mundo. Esta misma gente arruinó la economía y luego hizo que el otro 99% pagara por sus errores. 

Los gringos más viejos extrañan los años de prosperidad y los más jóvenes temen a un futuro incierto. Puros perdedores y todos votan. De un lado tienen a un tipo racista, homofóbico, agarrapussies… pero que al menos es honesto en su horripilancia. Del otro lado tienen a esta señora.

Trump no es un supervillano que le pagó a una oscura organización para hackear las elecciones gringas. Él es sólo un millonario oportunista en una nación llena de pobres e ignorantes desesperados por un cambio, el que sea.

Trump es sólo el síntoma de un mal mayor y Facebook sólo fue su herramienta. Cambridge Analytica no le lavó la mente a millones, sólo se tomó la molestia de entender a su audiencia para decirles exactamente lo que querían escuchar.

Facebook no vende paquetes de control mental.  Mark Zuckerberg no le dio el poder a Donald Trump. Fue barack Obama y el sistema de educación pública de Estados Unidos. Fue la pinche mala campaña de Hillary Clinton. Fueron décadas de promesas sin cumplir y una absoluta indiferencia por el sufrimiento de los pobres.

Habrían ganado aún sin Cambridge Analytica. Quítales el Facebook y habría pasado lo mismo pero en Metroflog.

Y no sé, desde aquí, desde México, sólo puedo preguntarme…

Plis no me tachen de peñabot, Igual voy a votar por el peje. Creo que si no sueltan al tigre, sueltan a Black Rock pero, como me dijo un viejo tepozteco el otro día “a veces hay que quemar la loma para que crezca el maíz.”

Toda crisis es una oportunidad sí… pero ay, mi pobre México, tierra de Wapayasos, audiencia de Enamorándonos, lectores de TVyNotas. Este es mi país y esta es mi gente, a la que la tienen que convencer de salir a votar con reggaetón.

Cuando te gane el nacionalismo, acuérdate de los Wapayasos.

Les juro que no estoy militando pero, ¿apoco no estamos en una situación bien similar a la de los gringos? Con millones de pobres y una riqueza que no cambia de manos desde el FOBAPROA. Probamos la alternancia y nos dieron guerra. Probamos volver a lo seguro y nos fue peor. Ahora la mitad del país está lista para saltar al precipicio.

Coincido, lo que sea es mejor que esto, y ahí vamos todos, a votar con las tripas, porque durante décadas la SEP ha sido poco más que una excusa para asegurar el voto del sindicato de maestros.

Ojalá sea cierta la leyenda de que Cambridge Analytica está detrás de la tragedia de campaña que lleva Pepe Meade, porque estarían probando a la perfección mi punto: Si volviéramos en el tiempo y cambiáramos el tablero en las elecciones gringas, habría pasado lo mismo. Ni todos los anuncios de Facebook le habrían dado la presidencia a Hillary.

El problema no es la tecnología, es este extraño concurso de popularidad, de los ricos para los pobres, al que los gringos y nosotros llamamos “Democracia”.